Satisfaccion: Pero al entrar con fuerza arrolladora por el derribado rastrillo, Lionheart no encontró ni rastro de su misterioso enemigo. En cambio una hermosa doncella le aguardaba en el vestíbulo, sus ojos violetas brillando con orgullo, la cabeza alta pese a la derrota.
Ahora se forjaba otra batalla, una que requería tácticas más sutiles, pero armas no menos poderosas. Ella le bañaría, se acostaría con él, la tomaría hasta que se hartara de ella. Pero incluso mientras él pensaba que ganaba ventaja, su corazón fue hecho prisionero por un adversario con mucho más poder del que un simple hombre pudiera tener; el poder del amor.
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